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Diamante Negro: sacudida de pop y punk para una generación perdida

El trío barcelonés prosigue con la gira de presentación de su segundo disco

 

ANTONIO GOMARIZ

Posiblemente nadie se cuelga una guitarra y agarra un micro con la ambición tan desmedida de representar a toda una generación con sus canciones, pero cuando Diamante Negro cantan en ‘Luz de gas’ sobre cómo “estamos cansados / el futuro es para unos cuantos / hay destino, pero amañado” la identificación entre sus semejantes surge de manera tan espontánea como inevitable. Benoît, Lucas y Pol entonan este canto a una generación perdida entre trabajos de mierda, la ansiedad y un futuro incierto, con pegadizos estribillos propios del pop underground español ochentero y hacen retumbar sus guitarras con la rabia de la distorsión punk/rock del indie americano; la reacción en cadena resulta imparable.

El trío barcelonés está inmerso en la gira de otoño de presentación de su segundo disco hasta la fecha, La Náusea (Diamante Negro, 2024), con cuatro conciertos en septiembre en Lessui (Maldaltura Festival, día 13), Vic (Adoberies Fest, día 20), Madrid (Chavalada Sound, día 21) y Archidona (CIPOP, día 28) y tres en octubre en Segovia (Winter Indie City, día 4), Barcelona (Paral·lel 62, día 12) y abriendo para Niña Polaca en Madrid (La Riviera, día 13). Con su segundo larga duración, los barceloneses se mantienen alineados con los principios vitales y musicales declarados en sus primeros EP y en su álbum de debut, Deseo Querer (Intromúsica, 2021), y demostrando que, en su caso particular hay muy poco de artificio de y impostura y que vida y obra forman una unidad indivisible. En La Náusea, la música siempre encuentra grietas por las que filtrarse hacia el mundo real rompiendo la cuarta pared como ocurre en ‘Lo Entiendo’ y en ‘Redes’.

“En La Náusea, la música siempre encuentra grietas por las que filtrarse hacia el mundo real rompiendo la cuarta pared”

Una banda difícil de encorsetar, que cita influencias tan variadas como Leonard Cohen, Dead Kennedys, Nirvana, Kaka de Luxe o Paco de Lucía y en cuyo trabajo la libertad creativa mana caóticamente a borbotones. Luminosas melodías pop como las de ‘All I Really Want Is You’ y pegadizos estribillos coreados como los de ‘Si Estás Aquí’ demuestran que no hay nadie lo suficientemente enfadado con el mundo que le rodea como para dejar de pensar en el amor. Y en La Náusea, el miedo ante lo efímero del amor se apodera de ‘Olvídate de Mí’ (“hubiera optado por querer / si no perdiera tus besos / aprendería holandés”) tal y como esa la sensación de que las personas amadas nos hacen sentir ridículos hace lo propio con un trallazo punk rock como ‘Sola’ (“si me tiro un baile de estos en medio / dejadme disfrutarlo al menos”).

Diamante Negro es ese caos irrefrenable punk directo, machacón y adictivo de ‘Mira, Sí’ capaz de levantar el muro de ruido y distorsión de la fugaz ‘Redes’. Una actitud que trasladan a la cotidianeidad del día a día y de la que podrán dar fe los que presenciaron su asalto al escenario del Sonorama, donde que arramblaron con todo a su paso durante el concierto de Niña Polaca, así como los que sean asiduos lectores de su cuenta de Twitter. Un canal de comunicación en el que hay espacio tanto para el compromiso político y contra la especulación con la cultura como para seguir sumando adeptos a su particular ‘Club Caribe’. Benoît, Lucas y Pol llevan por bandera el buen rollo de una banda que no pierde nunca de vista el fin último de pasárselo en grande haciendo mucho ruido al tocar música de guitarras para sacudir a esa generación perdida en efímeros y purificadores pogos.