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Alice Wonder: “Si te digo lo que estoy por encajar…”

Hablamos con Alice Wonder sobre su trayectoria y el disco que está por venir tras su paso por el Benidorm Fest

 

 

JORGE OCAÑA | FOTOS: ADRIÁN MARTÍNEZ DE LA MORENA (@adrimartinez143)

Llevar la contraria. Jugar al despiste, dominar los contrastes, sin miedo, buscando la reacción, la sorpresa. Ahí es donde Alice Wonder se siente más cómoda. En la búsqueda de la caricia de Bon Iver, los latidos pesados de The Blaze y The Chemical Brothers, la garra y experimentación de Radiohead y la crudeza de lo urbano. Cuando compone, es “un bicho raro que hace música en su casa”, cuenta. Se las arregló para combinar en su segundo disco, Que Se Joda Todo Lo Demás (Infarto Producciones, 2022), canciones tan dispares como la críptica y envolvente ‘Quién Soy’, el rock cañero de ‘Sueño Raro – Alternative Version’ o la acústica y quebradiza ‘O’; entre su letra, se desliza un dogma en su carrera: No quieras complacerlos a todos / ¿Para qué sirve intentarlo si luego se irán?. “Pues si te digo lo que está por encajar…”, avisa Alice Wonder que, con una ilusión contenida, suelta pinceladas de lo que será su próximo trabajo, en el que ya está trabajando. Tiene compuestas 60 canciones que han pasado por una criba importante – otras 42 se quedaron por el camino –. “Igual todas las canciones son una antítesis, pero yo las voy a combinar, no voy a estar limitada”.

En esa huida de márgenes y cortapisas se encuentra la recién estrenada ‘Yo Quisiera’, con la que se presentó a la última edición del Benidorm Fest, concurso que elige al representante español en Eurovisión. Qué más da lo que digan / Si no saben nada de lo que llevo dentro / Qué más da lo que piensen / Si ya nada parece tan real, reza su letra, honesta, tratando un tema que ya necesitó sacar en su momento con ‘Corazón Mármol’, compuesta la misma noche que llenó por primera vez la sala Joy Eslava, hace 4 años: “Ahí tuve un feeling como de ¿te imaginas que ocurre todo esto? Y un poco está ocurriendo”. Tiempo después, tras haber concursado para acceder al festival de Eurovisión y actuado en un homenaje a las víctimas del Covid ante los reyes de España – ¿ha quedado claro que Alice Wonder se apunta a todo? –, sigue enfrentándose a la misma sensación: “Hay veces que la vida parece un poco de plástico; tuve un momento en el que fue como buah, ahora mismo, si me dicen qué es real y qué no, no sé qué contestar”. Sin embargo, no se preocupa por la contradicción que esto podría suponer para sus seguidores y la crítica: “Yo creo que ya me he labrado una carrera suficientemente personal, o person [bromea], para que la gente piense, pues ahora le ha apetecido hacer eso y lo ha hecho, y no me puede toser nadie si no me toso yo a mí misma. Era demasiado reto como para no hacerlo; si no lo hubiera aceptado, habría sido por miedo”.

Este constante vaivén de estilos y actuaciones disonantes se trata en realidad de un proceso de búsqueda, de hallar la fórmula idónea de liberar esos pedazos de intimidad que son cada una de sus canciones, que parecen gritar al escaparse de ella en una mezcla de quejido y falsete que prácticamente ha patentado la madrileña. Desde su primer disco, su música ha evolucionado en fondo y forma; así lo explica: “En Firekid (Infarto Producciones, 2018) me estaba descubriendo como músico y como cantante. En QSJTLD atino un poco más y en esto que voy a sacar ahora, pues más todavía. Cuanto más me encuentro, más fino hilo para llegar a lo que quiero”. De tan bizarro, el nuevo disco se está convirtiendo en una gran incógnita. Se pueden encontrar algunas pistas de lo que será en ‘Yo Quisiera’ o ‘Quién Soy’ – “en este tema hicimos exactamente lo que nos dio la gana”, pero no acabará ahí. Entre el español, el inglés y una combinación de ellos, trabaja junto a Ángel Luján, su inseparable co-productor, en temas que, según Alice, suenan “a Kanye West si se juntara con Radiohead, pero algo tranqui de pronto, un medio urbano-rock, temas lo-fi como cute, producidos por mí en el ordenador toda triste en mi cuarto… y de ahí hasta el pogo”. Ya lo tiene encauzado cuando, asegura, ha dado con el concepto y la estética con la que ligarlo todo. “Solo hay que trazar un plan”, remata.

“Otra cosa no, pero soltarlo todo, lo he soltado”

Para la cantautora, se puede decir que llegó antes el escribir canciones que vivir, por lo que comenzó sus primeras composiciones hablando sobre lo que les pasaba a otros: “Yo era muy callada, dibujaba mucho, observaba mucho a la gente y lo que me movía eran las películas que me montaba en mi cabeza, pero a mí realmente no me pasaban grandes cosas; era muy tímida y no ligaba nada porque era un bicho un poco raro y un poco chico”, se sincera sin timidez alguna. Entre las nuevas canciones sigue encontrando inspiración en los demás, aunque entre sus letras crípticas y oscuras ya hace tiempo que aparece la primera persona, y estas han acabado siendo algunas de sus mejores canciones.

La madrileña busca “que un tema me lleve”, y habla de ello como si la música fuera capaz de elevarla, de hacerla levitar. Para ello, no conoce otra forma y se ha abierto del todo – aún más, si cabe –: “Hay temas de rabia, de protesta, de date cuenta de cómo está el mundo, temas muy p’adentro, de hablar sobre gente… Otra cosa no, pero soltarlo todo, lo he soltado”. Al enigma de sus canciones se ha añadido el de su continua evolución sonora y estilística, pero lo que es seguro es que Alice Wonder seguirá dando la sensación de llevar la contraria y de jugar al despiste hasta que se entienda que, simplemente, hace lo que le mueve y lo que le da la real gana.