Bastards of Soul: dando vueltas al alma
La banda texana publica Spinnin’, su debut tras años recorriendo EEUU con su vibrante soul
IVÁN GONZÁLEZ
Dentro del revival del género soul que se vive en los últimos años, se encuentran bandas que replican con elegancia y pulcritud los sonidos y grabaciones de los 60’s y 70’s, mientras que otras se acercan a este estilo desde su propia historia y bagaje musical; consiguen de este modo un sonido evolucionado. Dentro de este último grupo, junto a bandas como Vintage Trouble o Alabama Shakes, aparecen ahora Bastards of Soul, una formación de Texas que pone sobre la mesa un neo soul con matices de rock sureño.
Aparecieron en la escena musical de Dallas en la primavera de 2016 y desde entonces han actuado a lo largo de Estados Unidos mientras aprendían los códigos de este género. Versiones de clásicos de Motown y Stax han compuesto el grueso de su repertorio, pero también han sabido llevar al terreno de la música negra otros estilos, como es el caso de una excelente versión de ‘Good Times, Bad Times’ de Led Zeppelin, usual en sus conciertos.
Bastards of Soul es una banda compacta de músicos veteranos y curtidos en los escenarios que venían de otros ámbitos musicales y que trabajan mediante un ejercicio colectivo de composición. Sus fundadores Danny Balis (bajo) y Chad Stockslager (teclados) dejaron su antigua banda The King Bucks – banda de country – para arrastrar a este proyecto a Chris Holt (guitarra, además de reconocido arreglista y compositor), Matt Trimble (batería) así como a una increíble sección de vientos compuesta por Jeremy Sinclair (trompeta) y Jason Davis (saxofón). Como es sabido, una poderosa voz es indispensable en este género; para ello reclutaron a Chadwick Murray: una voz directa, imperfecta, auténtica. Un frontman que se curtió como bajista de pop y que nunca antes había cantado en público. Su actitud y su voz cruda recuerdan al mejor Otis Redding.
El pasado 7 de febrero publicaban su primer elepé Spinnin’ , un disco grabado en Niles City Sound (Fort Worth, Texas) y que ha visto la luz en un sello recién nacido para la ocasión: Eastwood Music Group. Producido por la propia banda y por Josh Block, quién trabajo con Leon Bridges durante la grabación de Coming Home, es un disco variado que rezuma reminiscencias clásicas.
‘I’ve Got the Key’, tema que abre el álbum, es un corte de soul sureño al estilo de St. Paul and The Broken Bones en el que la voz de Chadwick se rompe al tiempo que la canción se desvanece. Hay guitarras especialmente potentes en ‘The Way it Should Be’, así como en el cierre, ‘There Will Be No Show’; algo de funk en ‘The Waiting Time’ y ‘Funk Ham & Cheese’ y esencia de Motown en ‘Back to the City’, cuyo inicio remite irremediablemente a ‘What’s Going On’ de Marvin Gaye, con un Danny Balis que emula a James Lee Jamerson, célebre bajista de sesión.
Una nueva banda ha llegado a la ciudad. Su sonido cálido, arenoso, de corte vintage es cautivador gracias a guitarras llamativas con matices country rock, órganos hipnóticos o una batería con un poderoso groove… Son hijos ilegítimos de la mejor tradición soul y han llegado para quedarse.