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Cale Tyson y la nueva hornada americana

Una de las últimas sensaciones de la música americana presenta Tenderheart su segundo álbum

MARÍA F. CANET

Hay en la cultura musical norteamericana una filosofía que se mueve entre el homenaje a sus primeras figuras populares y una nueva seña distintiva, por mínima que sea, a ese gran género (tanto por su tamaño como por su calidad) que es la Americana.

Cale Tyson es una revelación mística en esa inmensa escena musical. Un cruce entre Hank Williams y Gram Parsons, entre el sonido de Nashville (donde formó su banda) y el de Bakersfield. Tiene un punto outlaw, que demuestra versionando “Shotgun Willie” del incombustible Willie Nelson, que combina a la perfección con el lamento honky-tonk de “Somebody Save Me”.

Por suerte, Tyson no es rara avis, no está sólo en esta aún gigantesca escena musical. Al hilo de lo que comentaba anteriormente, quería hacer una breve recopilación de bandas y artistas a los cuales no deberíamos perder la pista. No sin antes añadir que he tenido el enorme placer de poder ver en directo a las personas que menciono a lo largo del texto y son una auténtica delicia para el oído.

De todo el panorama americano, quizá quien más me guste es Nikki Lane. Aparentemente dulce, lo cierto es que Nikki puede ser tan macarra como Johnny Cash haciendo un corte de mangas. Con tres álbumes ya a sus espaldas, esta cantante de Nashville se está haciendo hueco rápidamente en la escena musical y ha sido comparada con Lucinda Williams; motivos no faltan, desde luego. De hecho, creo que une lo mejor de Lucinda y de Emmylou Harris, dos de las figuras femeninas más importantes de la música popular norteamericana. Si menciono a Emmylou también es porque el año pasado tuve el placer de disfrutar de un íntimo concierto de Nikki Lane en el que nos deleitó con su faceta más tierna, pero en su nuevo álbum se puede comprobar también la garra que tiene cuando canta “highway queen don’t need no king”.

Desde la gran ciudad de Los Ángeles, Sam Outlaw es uno de los mejores reductos del country en la costa oeste. Bajo la etiqueta de lo que él mismo denomina “SoCal Country”, es decir, country del sur de California, este tipo tuvo una tremenda acogida con su álbum debut, ‘Angeleno’. En una onda algo más melosa que otros artistas de los que hablo aquí, Sam Outlaw tiene el poder de encandilarte con los primeros acordes de cualquiera de sus canciones. Su segundo álbum, Tenderheart, no hace más que reafirmar una carrera que sólo puede ir hacia arriba.

Proveniente de Cadillac, Michigan, el siguiente músico del que hablo a continuación es uno de los más gratos descubrimientos que le debo a esta religión que es la música. Luke Winslow-King se trasladó desde su ciudad natal a Louisiana para desarrollar su sonido, un sonido tan inabarcable como sus eclécticos directos. Con un talento propio de los mejores guitarristas de la historia de la música, Luke Winslow-King rasga en su guitarra algo que se mueve entre el blues del delta del Mississippi, el folk y el rock’n’roll primigenio, todo ello salpicado por tintes jazz, muy propios de Nueva Orleans.

A pesar de sólo haber hablado de cuatro artistas, lo cierto es que hay muchísimos más. Vivimos rodeados de rascacielos y multinacionales que hacen aplastante la vida metropolitana, pero por suerte existen estas jóvenes promesas que siguen creyendo en la faceta más genuina de Norteamérica. Como ya lo hicieron Dylan o Cash, entre otros, estas nuevas revelaciones de la música americana siguen cantándole a la carretera, al desierto, al campo, a los pequeños pueblos y a las historias cotidianas. Al fin y al cabo, el country es música para sentir y acariciar la libertad en parajes alejados del barullo de la gran ciudad.