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Coco Wine, la banda palentina que le canta a Malasaña

Su carta de presentación fue el EP Capital, un debut que presentan este sábado, 10 de junio, en el Palencia Sonora

 

RAQUEL ELICES

Dice Carmela (Palencia, 1998) que ella es una mujer de extremos. Lo confiesa con su particular voz, dulce y rasgada, al mismo tiempo, contenida en ella la madurez del desencanto y el entusiasmo de quien da los primeros pasos en la industria de la música. El inicio de su banda, Coco Wine, también surgió del contraste, como una copa de vino dulce que termina pegando fuerte. Como el primer contacto con Madrid para alguien que viene de una pequeña ciudad de provincias como Palencia.

Es la sensación que tuvo esta palentina cuando hace cuatro años llegó a aquella “puta selva de asfalto”, a la que canta en su canción Madrid en septiembre. Un choque directo entre la fascinación y la realidad. “Madrid puede ser el gran amor de tu vida, pero cuando salí de Palencia, descubrí que la ciudad era una gran performance. Una ciudad que te permite ser quien tú quieras, pero que está llena de artificios que puede hacerte sentir muy vacía”. Afortunadamente, en aquel viaje a la gran ciudad tenía de su lado a su amigo y paisano, Víctor Pajares. Él no solo entendía lo que es abrirse hueco en Madrid viniendo de Palencia, también compartía su pasión por la música. Así fue como en marzo de 2019, dieron nombre a una idea que rondaba a ambos desde hace tiempo, él como bajista y ella como cantante y guitarra.

Coco Wine es ese vino dulce que pega fuerte, un nombre en inglés –“porque es más rockero” – inspirado en el mejunje palentino que Víctor y Carmela solían beber en el Casco Viejo, uno de los bares más míticos de la ciudad, famoso por sus “vinos de coco”. Estando en Madrid, conocieron a Daniel Trillo, que se les unió a la batería, y a Pablo Villalba, guitarrista segoviano con el que terminaron de cerrar el circulo castellano.

La aparición en su camino de David Baldo, uno de los productores más destacados del circuito independiente de Madrid, fue clave para el lanzamiento de Coco Wine como banda. “Todo fue por pura casualidad, a través de unos mensajes de Instagram. Yo había subido una canción de Television y le sorprendió que alguien tan joven conociese a esa banda”, recuerda. En aquella conversación se enredaron a hablar del rock setentero que les fascinaba y que acabó dándoles la oportunidad de grabar su primer EP en el famoso Bunker de San Crispín, por el que también han pasado otros como Repion, Los Nastys o Carlangas.

Rock macarra y letras de pop ácido

Así surge el EP Capital, a finales de 2021, su disco de presentación y primer trabajo de estudio de Coco Wine en el que se cuelan temas como Gabbana y Malasaña o Trío de Ases, temas en los que dibujan sus experiencias en la noche madrileña, sus luces y sus desencantos, con humor y macarrismo, abrigándose en la voz peleona de Carmela y unos guitarrazos pegadizos y ritmos muy sólidos. Influenciados por las bandas británicas de los ochenta, como The Cure o Madness, con las que Carmela creció como telón de fondo en su casa, en Coco Wine se mezclan los tonos oscuros de aquel rock ácido. También se cuela el sonido garajero que domina la escena de Malasaña y el pop.

Confiesa Carmela que Éramos unos niños, las memorias de Patti Smith sobre su llegada a Nueva York, le abrió los ojos y le descubrió a otras grandes figuras del rock de los 70, como Janis Joplin. Aunque reconoce que su mayor influencia es su compañero Víctor. “Con el descubrí bandas como The Byrds o Strokes… Controla muchísimo de música, aprendo mucho de él, viene de conservatorio, es bajista, pero también es percusionista y todas las baterías de Capital las grabó él”.

 

Profetas en su tierra con Palencia Sonora

Hechos una piña y con muchísimas ganas, este año se estrenan en uno de los escenarios a los que más ganas le tenían, el del festival Palencia Sonora, dónde actuarán el próximo sábado 10 de junio. “Llevo yendo a este festival desde que tenía 14 años, cuando se hacía en las piscinas del Sotillo y tocaban 4 grupos en un día. Me hace una ilusión tremenda tocar aquí y, al principio no nos hacíamos a la idea”, cuenta. Tras resultar ganadores del concurso de bandas emergentes UVA Sound, organizado por el festival y la Universidad de Valladolid, Coco Wine se sumará a la celebración del 20 aniversario del Palencia Sonora junto a bandas como Lori Meyers, La Casa Azul, Sidonie, Ángel Stanich o Carlangas. No serán los únicos palentinos presentes en el cartel, la banda El Naán, que el pasado año giraron con Vetusta Morla o el DJ Pierre May, también defenderán su tierra en esta edición.


Aunque su debut fue en la Sala Maravillas de Madrid, fue en el bar palentino Universonoro y en su ciclo Domingos En(Cantantes)dónde la banda palentina dió sus primeros conciertos. Epicentro y germen del Palencia Sonora y casi el único espacio que fomenta la cultura musical en la ciudad, Carmela siempre ha estado muy vinculada a este local que, tiempo atrás, fue de sus abuelos. “Se llamaba Punto de Encuentro y Juan Cruz, el director del Palencia Sonora y el actual dueño del bar, trabajaba como camarero junto con mi madre”. La música también estaba presente en su vida gracias a ella, Lourdes Fernández, que también actuó durante años como cantante de orquestas.

Carmela lamenta la falta de escena en su ciudad, en la que reconoce que no hay ni locales de ensayo. “Esa ausencia de un ecosistema musical hizo que, aún rodeada de música, no me plantease tener una banda antes”. Es una de las razones por las que sabe que, pese al cierto desencanto con Madrid, no se plantea volver, al menos a Palencia. “SI volviese me iría a mi pueblo, a Frómista, porque lo que pasa con Palencia es que tiene todo lo malo de una ciudad y todo lo malo de un pueblo. En Frómista puedo tener todo lo malo de un pueblo, pero también lo bueno y soy una mujer de extremos: si quiero salir de todo el ruido es porque me quiero quedar en silencio“. Además, reconoce que Madrid es el gran amor de su vida, y ahora mismo está en un periodo de reconciliación. Que tiemble Malasaña.