Desvariados: Víctimas del Sueño Americano
La banda de Carabanchel regresa para demostrar que el rock ‘n’ roll madrileño sigue vivo
IVÁN GONZÁLEZ
Curtidos en la carretera, con mucha escuela, mucho directo a sus espaldas y habiendo sido teloneros de gente como Loquillo y Burning – con los que han girado en varias ocasiones – Desvariados es una banda de rock castizo y descarado que se encuentra en plena ebullición tras la publicación de su último disco, Víctimas del Sueño Americano.
Son herederos del rock de calle del que poseemos gran tradición por aquí; beben directamente de las fuentes: de Burning y Leño de la década de los 80 y de Platero y Tú y Los Enemigos de una década más tarde. Son en la actualidad y por mérito propio verdaderos referentes de un género que parece ganar cada vez más adeptos y en el que destacan bandas ya consolidadas como Los Zigarros y otras como Atraco o Gallos, éstas últimas todavía en estado más embrionario.
Dieron sus primeros pasos en 2013 con su primer trabajo, El Hotel de las Historias un disco autoproducido y actualmente descatalogado. Posteriormente y tras fichar por una de las grandes, publicaron Café Caimán (Warner Music, 2016) del que hicieron una reedición en 2018 con colaboraciones muy sonadas con gente como Ruben Pozo, Johnny Burning o Rulo y La Contranbanda.
Ahora, Adri Díaz (voz y guitarra), Victor Gras (guitarra), Edgar Castejón (bajo) y Javier Martinez (batería) nos presentan Victimas del Sueño Americano (Warner Music, 2020), su tercer álbum de estudio, grabado en diez días de noviembre de 2019 en Audiomatic Estudios en Madrid y producido por Josu García (guitarrista y productor de Loquillo).
Un disco intenso, con pocos momentos de descanso y lleno de chulería madrileña, de autenticidad, de actitud y sobre todo de muchas guitarras. A medio camino entre el rock urbano, los sonidos sureños y la contundencia del glam rock. Abren ya desde el inicio con varias canciones rápidas y pegadizas, con temas como ‘Valientes al Volante’ y ‘Victimas del Sueño Americano’ que da título al álbum y con su primer sencillo ‘Besa mi Calavera’, un himno que es un buen reflejo de su pose y estilo al escribir, siempre con letras directas y canallas: “me voy con cualquiera porque no estás tú”.
Hacia la mitad del disco viene lo mejor, el medio tiempo de ‘Tu Último Intento’ con un estribillo muy pegadizo que promete momentos épicos en sus directos: “a navaja era el trato, pero se alteró y disparó / sacando de contexto lo que sólo era sexo”. Vuelven al rock ‘n’ roll más clásico en ‘Su dictadura Animal’ y en “Demasiado Acelerado” con un excelente sólo de guitarra. Hacia el final, también hay sitio para una notable versión del ‘Muévete en la Oscuridad’ de los madrileños Burning.
Aunque vivir del rock `n` roll sigue siendo una quimera en nuestros días, seguro que en su camino por dejar de ser Victimas del Sueño Americano, éste no será su “último intento”. Definitivamente y después de este trabajo, no parece que “el rock los quiera matar” como decían en una canción de su anterior disco.