El legado de los Red Hot Chili Peppers
Hace unos meses durante una conversación en la terraza de un bar entre miembros de esta página y otra amiga amante de la música discutíamos acerca de qué artistas actuales dentro de veinte años seguirán siendo escuchados. Mientras la opinión de la mesa tendía a nombres como Amy Whinehouse, yo propuse a RHCP para tal cometido.
Jamás me he considerado un fan acérrimo de los californianos. Más allá de tener una camiseta suya y una copia de Californication, mi cierto conocimiento sobre la banda y su sonido me hace pensar en ellos como primera opción a la candidatura de grupo disfrutable por un amplio número de público con gustos variados. Su relativa amplia oferta musical dentro de un mismo género junto a su evolución a lo largo de una dilatada carrera permite gozar a cualquiera que se disponga a escucharlos de un variado catálogo y de calidad.
La banda susodicha comenzaba su camino a principios de los 80 al igual que muchas otras gracias a las aspiraciones de un grupo de jóvenes en el instituto. En esta ocasión, un instituto de Los Ángeles sería el punto de origen. Anthony Kiedis, Hille Slovak , Flea y Jack Irons se hacían un nombre en su ciudad base de grandes directos en clubes y pubs. Después de un año complicado, pues la existencia de un proyecto paralelo como What Is This? entorpeció el desarrollo del grupo, Red Hot Chili Peppers lanzaba en 1984 su primer disco, el cual resultó ser un rotundo fracaso. Los siguientes años resultarían convulsos, con dos trabajos relativamente decepcionantes, formaciones cambiantes y un uso abusivo por parte de sus miembros de las drogas. La muerte de Slovak a causa de una sobredosis de heroína supondría un antes y un después para la banda.
Con la llegada de Chad Smith y John Frusciante, Red Hot Chili Peppers adquiría su formación más conocida y exitosa. La salida de Blood Sugar Sex Magik en 1991 supuso su primer gran éxito. Temas como Give It Awat, Under The Bridge, The Power Of Equality o Breaking The Girl colocaron a los californianos en los puestos más altos del panorama musical y demostraron la capacidad de la banda para aunar estilos diferentes en un mismo trabajo con una maestría digna de alabanza. La salida de Frusciante del grupo (práctica que se repetiría en el futuro fruto de las inquietudes del guitarrista que bien dan para escribir otra entrada) conllevaría un bache para el grupo, publicando en el 95 One Hot Minute, para muchos un álbum insuficiente. En medio de una situación complicada entre los miembros por la contratación de Dave Navarro y nuevos problemas con las drogas, Red Hot Chili Peppers está muy cerca de disolverse. Sin embargo, un Frusciante en la miseria por su adicción a la heroína acepta volver a la banda para dar a luz lo que sería su mejor disco.
En 1999 salía a la venta Californication, el álbum más vendido de los Peppers. Daba comienzo su época dorada. Verdaderos himnos como Scar Tissue, Otherside, This Velvet Glove o la homónima Californication plasmaban el cambio de sonido de la banda pasando de unos inicios puramente funk a comenzar por interesarse por composiciones más melódicas. By The Way en 2002 reforzaría esta tendencia con ejemplos como Can´t Stop, Dosed o y The Way que da nombre al disco. Su obra cumbre nacería en 2006: Stadium Arcadium ponía la guinda a la carrera de la banda haciendo gala de esa capacidad de combinar estilos en un alarde de madurez musical. Aunque los años posteriores con el segundo abandono de Frusciante, un claro desgaste por mantenerse los últimos años en la cumbre y dos discos notables pero sin llegar a culminar.
Estudiando brevemente como hemos hecho la carrera de Red Hot Chili Peppers podemos sacar distintas conclusiones. La primera por mera razón cronológica es que ningún inicio es sencillo. El éxito, si es que llega, puede hacerlo después de haber pasado dificultades que pueden hacer cuestionarse si el triunfo las compensa, aunque por simple orgullo de uno mismo suele hacerlo. Otro argumento extraíble es que los artistas no son cambiantes, sino que deben serlo. Tienen que sufrir distintas aspiraciones a lo largo de su vida para enriquecer su producción. La romántica fórmula de mantenerse en sus orígenes hasta el final de los días está al alcance de solo unos pocos, y cada día estoy más convencido de que es una equivocación. La última conclusión queda como pregunta al lector, pues yo aún no he acabado por decidirme: ¿ Los Red Hot Chili Peppers seguirán siendo escuchados dentro de veinte años?
Solo el tiempo nos dará la respuesta.