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El regreso de Furious Monkey House y el funeral del mono

El joven grupo gallego lanza nuevo trabajo que aglutina temas compuestos en los últimos tres años

 

MÓNICA RAMÍREZ RODRÍGUEZ

Furious Monkey House no podría haber elegido una portada más simbólica para su nuevo lanzamiento, Oneiric (Esmerarte, 2023), que la del funeral del hombre mono que siempre les acompañaba. Mariña Paz, vocalista de este proyecto, nos lo explica así: “Nos parecía ya un poco extraño tenerlo ahí, aunque siempre nos identificó mucho, viene a demostrar que estamos cambiando el sonido  y estamos cambiando lo que queremos comunicar, la forma de entendernos como banda”.

Detrás de esa máscara está Gonzalo Maceira, profesor de música de estos muchachos e  impulsor de la formación que continúa con ellos pero ahora despojado de disfraz a pesar de que la figura del mono siempre ha sido como una especie de talismán en toda su andadura musical.E

La historia de Furious Monkey House, según nos cuenta, comenzó como “un experimento de domingos” de ir a tocar al estudio para intentar que dos de las alumnas de Gonzalo, Carlota Montoya e Irene Esteban, aprendieran a amar la música y despertaran el interés por un instrumento sin que les venciera el tedio.

A este pequeño grupo se fueron uniendo más alumnos, en este caso  Diego Flores y Amaya Blanco que junto a Mariña y las demás, acabaron por conformar lo que hoy es Furious Monkey House. La repercusión les llegó a una edad muy temprana, por lo que digerirlo y adaptarse fue algo que como niños, vivieron de forma muy natural: “Nosotros sabíamos que éramos súper afortunados y por supuesto lo vivimos con mucha ilusión, pero ahora lo apreciamos mucho más ya que es cuando de verdad tenemos conciencia y entendemos el valor y lo muchísimo que cuesta el reconocimiento en la industria musical”.

En su último álbum, se reflejan muchas frustraciones y quejas adolescentes con motivo de momentos vitales que han experimentado en estos años, pero manteniendo una fuerte esperanza en el futuro y en lo que vendrá.

La madurez que van alcanzando también se ha proyectado en su manera de crear, que antes tomaban más como un juego o diversión y que en este nuevo trabajo se ha tornado ya en algo más serio, comenta Mariña: ”en este último álbum, me involucré más en el proceso junto a Gonzalo y las letras son todas mías”. Con sus letras, pretenden dar salida a todos esos sentimientos como el vacío o la insatisfacción que bullen en la juventud, potenciados en cierta medida también por el contexto social que les ha tocado vivir: “Son letras muy universales y con las que mucha gente se puede identificar”.

En este elepé han volcado el trabajo de estos 3 últimos años, mediante el cual han dejado atrás las guitarras eléctricas y “ese juego de aprender a tocar un instrumento de cuerda” para pasar a hacer algo realmente con sello propio, algo con lo que se sienten “más ellos”, con el añadido de otro tipo de influencias que no solo beben del rock, sino también de toda la música urbana y electrónica que les rodea y que así mismo actúa de input.

Tras dar por superado ya ese hándicap que en su día fue su edad, el momento actual de Furious Monkey es cada vez más brillante y lleno de oportunidades: “éramos una banda de niños con toda la complejidad y las limitaciones que eso implica, ahora esto ya desaparece y nos permite vivirlo de otra forma”.

Siempre con el soporte y el apoyo de sus familias desde el principio, no olvidan sin embargo que el camino no ha sido siempre fácil pero están muy agradecidos de todo el aprendizaje y ese bagaje especial que han tenido desde pequeños “a nivel personal me ha dado una experiencia vital mucho más amplia. Los viajes, la música, trabajar en equipo con una banda,…” comenta Mariña con ilusión.

Reconocen también que sin el empujón de la agencia Esmerarte, lo más seguro es que no hubieran continuado o al menos, no a este nivel “con Esmerarte pudimos poner las miras un poco más allá”. Sin dejar de lado sus estudios, estos chicos apuestan fuerte por la faceta artística y piensan seguir dando guerra con toda su furia y sus ritmos intensos y pegadizos directos al cerebro.

Como suena en uno de sus nuevos temas, Like a bullet (como una bala): We want to fly like a bullet, a shot / Directly to your head / Queremos volar como una bala, un tiro / Directamente a tu cabeza. Tienen mucho que contar todavía y no hay que perderles la pista, porque su evolución y proyección desde los primeros discos es imparable.