Bacon Radars: guitarras contra la tormenta
En los momentos complicados, como la pandemia que nos esta tocando vivir, siempre son necesarias las personas que mantienen el espíritu y la esencia de la vida anterior, los que se niegan a encender las luces de los garitos y te transportan a ese concierto en el que saltas y bailas, sin sillas, abriéndose paso a golpe de riff y guitarra.
Guitarras afiladas, voces distorsionadas y un sonido crudo son las características que definen a Bacon Radars un joven quinteto nacido entre Barcelona y Menorca que arrancó cuando Guillem y Lluís, que compartían piso, comenzaron a componer canciones sin pretensiones, con la finalidad de disfrutar del proceso. “Empezamos a tocar en casa, componiendo algunas canciones, sin ningún tipo de pretensión ni idea, simplemente para pasarlo bien. Guillem incorporó a Santi (batería), y este incorporó a Marc (bajo) y finalmente se unió Roger y fue ahí cuando comenzamos a tener la banda de forma estable”, nos indican.
Desde ese momento comenzaron a trabajar de una forma más seria grabando un EP y un par de singles, entre 2018 y 2019, para acabar desembocando en la grabación de su primer álbum Keep the lights off un disco autoproducido, grabado en el los estudios Solt de Sants de Barcelona bajo los mandos de Alberto Pérez. Un proceso de grabación que para ellos fue muy positivo “El período de grabación en el que estuvimos con Alberto Pérez fue muy enriquecedor y creativo. Alberto nos ofreció lo que buscábamos, nos ayudó a trabajar nuestras canciones dándoles un nuevo aire, pero a su vez respetando nuestra esencia”.
Una esencia y un sonido que los propios integrantes han denominado como garage balear para diferenciarse de la idea preconcebida que en ocasiones se tiene de la música de las islas y para definir su propio estilo con “cuando nos preguntaban que tipo de música tocábamos resultaba un poco difícil explicar que estamos entre el indie, el rock , el garage. Y como Guillem y Lluís son de Menorca pues decidimos definirlo así, también como una metáfora de lo trash que puede llegar a ser la música de baleares cómo por otro lado su vertiente más indie. Nosotros por un lado tenemos esa vertiente más cañera y de bailar en los conciertos y por otro también una que viene del indie de los 2000 con unas melodías más marcadas”.
El lanzamiento de este disco que vio la luz el 9 de abril es una declaración de intenciones, su título Keep the lights off es toda una declaración de intenciones haciendo referencia a “ese momento al final de la noche, cuando tus pies están en llamas y todo es jarana y diversión en el garito de turno… y van y encienden las luces”. Una apuesta valiente en los tiempos que corren que nos hace recordar esas noches de concierto en las que se podía saltar y bailar, a las que esperamos volver pronto “nuestros conciertos son una forma de desconectar y de disfrutar, tanto nosotros como el público”. El álbum es un primer disco sólido, compacto y trabajado, una propuesta muy interesante que va de sonidos indies al brit-pop y, en ocasiones, más oscuros.
Las guitarras incisivas y los riffs de batalla sostenidos por un bajo y batería potentes se encuentran a lo largo de todo el disco desde las iniciales ‘Nightclub lights’ y ‘Blurry Odds’, la potente ‘Preoccupations’, hasta ‘Walking Out’ las más melódica del trabajo. “La forma de trabajar que teníamos hasta ahora, al haber empezado Lluís y yo con las guitarras en casa, consistía en partir de un riff al que luego le añadíamos la voz o el bajo y la batería” nos contaba Guillem.
Dentro del álbum destaca la libertina ‘Lost in Town’ y ‘Troublemaker’ que trata sobre las nuevas formas de consumir amor en la actualidad: “Cuando escribimos esta canción nos imaginamos una persona de carácter chulesco y la letra iba hacia dos vertientes, una trataba de poner encima de la mesa estas nuevas formas de relacionarse ante la presión social clásica de las relaciones de antaño más conservadora, y por otro la visión de la persona protagonista de la canción que hace uso de estas nuevas formas de consumir amor pero sin respetar a los demás”.
Escuchando el trabajo se pueden apreciar influencias variadas como los Arctic Monkeys, Cage the Elephant, The Hives y Ty Segall: “Tenemos influencias muy variadas al ser cinco integrantes eso nos hace movernos en un abanico muy amplio”. La propuesta de Bacon Radars ofrece calidad y un muy buen maridaje entre las diversas influencias que conforman ese garage balear. Canciones para evadirnos de los difíciles tiempos que corren, transportándonos a esos conciertos previos a la pandemia y que los integrantes de esta banda anhelan dar. La banda balear luchará por abrirse paso contra la tormenta, siempre a golpe de guitarra, mientras las luces sigan apagadas.