Corizonas, el deber de reivindicar el vértigo
La unión entre Arizona Baby y Los Coronas celebra diez años de carrera con un nuevo álbum
MARÍA CANET
A Javierl Vielba, David Krahe, Roberto Lozano (Loza), Rubén Marrón y Javier Vacas les falta tiempo para rebuscar entre los vinilos de Escridiscos. Andan desperdigados por el local, pero se percibe que son miembros de la misma tribu: intercambian comentarios sobre algunos títulos y se aseguran de no cargar con alguno de esos vinilos de colores tan de moda, “suenan peor”. Krahe pone rumbo a la Vía Láctea (mítico local de Malasaña que regenta); Javi Vacas también se despide tras firmar los últimos discos. Corizonas acaban de ofrecer un concierto acústico en la tienda madrileña para presentar su nuevo trabajo, Corizonas III (Subterfuge Records, 2021). Un tercer elepé que coincide con sus 10 años como grupo, toda una proeza para una formación que debe coexistir con los diferentes proyectos de sus integrantes (Arizona Baby, Los Coronas, Sex Museum o El Meister): “De no ser así igual hubiésemos sacado 3 discos más”, apunta Loza.
Pioneros en formar una superbanda en el panorama nacional —“Ahora están Fuerza Nueva, Esquirla, Combo Paradiso o Los Estanques y Anni B. Sweet, ¡esta última promete!”— el sonido mitad grunge mitad Apalaches de Arizona Baby y el surf instrumental de Los Coronas se fusionaron en 2011 para la gira Dos Bandas y Un Destino: “Teníamos como referentes proyectos como el disco que iba a grabar Melvana (Nirvana con los Melvins) o Tardgarden (Tard con Soundgarden)”, cuenta Javier Vielba. El balance de esta década sobre los escenarios es más que positivo: 3 discos, un EP, giras exitosas o la participación en festivales como el Vive Latino de México o el primer Mad Cool. Reconociéndose “receptáculos de la tradición underground”, han logrado una notoria repercusión en el mainstream manteniéndose fieles a su estilo: “Siempre hemos estado muy a lo nuestro. Si el viento va a favor, despliegas más las velas, y si no pues remas”, señala Vielba. Expertos en remar a contracorriente, ambas bandas han liderado la aproximación a los sonidos de raíces norteamericanas en España: “Al principio la gente decía, “¡ostia estos frikis!”. Con Coronas la gente no entendía que no hubiese cantante. Ahora está mucho más valorado”, comenta Loza. A lo que Rubén Marrón añade: “De repente todo el mundo ama a Tom Petty y el Wildflowers es el disco favorito de todo el mundo cuando hace unos años nadie lo mencionaba”.
Precisamente, Tom Petty es uno de los nombres que viene a la mente al escuchar Corizonas III. Cortes como ‘Amarcord’ o ‘Lo Intenté’ poseen la luminosidad que se agitaba en las melodías del californiano. Neil Young, ZZ Top o AC/DC también se asoman en los riffs de ‘Nubes Negras’ o ‘Todo Mal’, mientras Rubén Marrón se gilmouriza en el solo de ‘Perdido en la Galaxia’: “Lo hice del tirón, luego intenté hacer otras tomas pero no fui capaz. La putada es que ahora me lo tengo que aprender para los directos, lo he intentado en casa y no me sale”, comenta entre risas el guitarrista. Las protagonistas del álbum son sin duda las guitarras. Por primera vez “las letras están al servicio de la música, pero también me parece interesante”, explica Vielba. Un cambio de sonido en buena parte motivado por la marcha de Fernando Pardo (guitarra) —“quería hacer cosas nuevas”— y del trompetista Yevhen Riechkalov: “ya hubo pocos vientos en Nueva Dimensión Vital y vio que en este iba a haber aún menos. Quería centrarse en el jazz”.
Además de los cambios en la formación, la pandemia ha sido otro obstáculo que sortear durante la gestación del disco. El confinamiento pilló a la banda con cierto material adelantado, algo que no les libró de tener que convertir sus hogares en estudios caseros: “David y yo tuvimos que comprar material para grabar en casa”, cuenta Rubén. “Yo le iba enviando fotos a Dani (Alcover) para ver cómo tenía que poner los micros. Menos mal que no tengo vecinos y tengo la batería montada, si no a ver cómo lo hacía”, añade Loza. Javi Vacas se encargó de coordinar todo el proceso y de reunir las pistas, Dani Alcover hizo lo propio con las mezclas y la masterización. Una forma de trabajo que afirman “nos conecta con las nuevas generaciones. Seguimos manteniendo esa filosofía punk del hazlo tú mismo”, con un resultado más que satisfactorio: “Las dos baterías que grabé en casa, las de ‘Nubes Negras’ y ‘Todo Mal’, suenan de puta madre”, comenta Loza entre risas. Aunque los tres coinciden en haber alcanzado una sonoridad más pulida, Corizonas se confiesan amantes “de lo rugoso, la grasilla, que no suene todo perfecto”. Algo que se aprecia en `Si Tú Te vas’, donde se conserva una tos de Vielba: “Nos íbamos pasando las mezclas, había una sin la tos y fue como que faltaba algo, así que la dejamos”, menciona Rubén. Un tema que “habla de no pedir perdón en estos tiempos de la cultura de la cancelación. Mira los Rolling Stones que han decidido no tocar más ‘Brown Sugar’ por las referencias a la esclavitud. Es patético, ¡pero si están por encima del bien y del mal! Antes te venía el cura a decirte” niño esto es pecado”, ahora te viene la gente que se supone que es tolerante a decirte “esto me ofende”. Bueno pues si te ofende es tu problema, porque TE ofende”, narra de manera tajante Vielba.
«Es nuestro deber reivindicar lo humano”
Esa crítica social también está presente en ‘Ilumíname’, que cuenta con la colaboración de Depedro, autor de la canción. Si la original de Jairo Zavala (en un principio llamada ‘Autorízame’) hablaba de “cómo te chocas con el muro de la tecnología para la burocracia, el tener que demostrar que no eres un robot”, Vielba hizo una interpretación distinta: “Me lo llevé más hacia el rollo secta, pensé en un Charles Manson, Wild Wild Country, alguien que da el carné y lo quita, esto mola y esto no”. La letra de ‘El Tiempo Pasará’, una composición folk con aroma a fogata y porche, es el particular retrato que Vielba traza de la sociedad norteamericana: “Acompañé a Abstract Artimus como bajista en 2017, cuando fui a EEUU para girar como El Meister. Nos quedábamos en casas de sus amigos y veía que eran sus santuarios. Estaban llenas de pelis, de discos, como tu habitación de adolescencia, pero multiplicada por mil. Era una jaula de oro porque estaban todo el día metidos en casa. No hay una plaza, un bar de en frente como aquí, es una pena. Pensé “qué suerte ser mediterráneo y vivir en España”, aunque de repente llegó la pandemia y tuvimos que encerrarnos en cada”. La nostalgia —“el paso del tiempo siempre me ha obsesionado, soy consciente de que ya no soy un chavalillo, pero es nostalgia bonita, la que te lleva a un lugar reconfortante”— empapa ‘Brindo Por Ti’, la única composición que incluye vientos y que es un guiño al ‘Spanish Stroll’ de Mink Deville: “ese punto de ser un romántico pero de llevar navaja”, bromea Vielba.
Ávidos por volver a los escenarios, en esta ocasión, prescindirán de los audiovisuales que habitualmente empleaban en los directos con el objetivo de “ir más a la esencia, al sudor, que haya comunión y volver a cierto primitivismo. Creo que es nuestro deber reivindicar lo humano”, señala Vielba. A lo que Loza añade: “Ahora hay mucho artificio, se ven a muchos grupos que van con todo medido al milímetro, que es un curro de la ostia, pero a nosotros nos gusta que haya un poco de vértigo. Preocupados por el colapso en el circuito de salas —“es una putada para las bandas emergentes”—, no tienen reparos en analizar la burbuja de los festivales. Reconocen que lo bueno es “descubrir y ver cosas que tú no verías normalmente”, cuenta Loza, pero critican “la tarifa plana, el todo incluido, que la música sea algo secundario. Tú estás tocando, sabes que después va, por ejemplo, Love Of Lesbian y ves a un montón de gente mirando el móvil y los que van a verte no puede estar delante. Es un bajón”, añade Rubén.
Los dos miembros de Arizona Baby recogen sus instrumentos y se preparan para volver a Valladolid. Loza pone rumbo a la sierra. Vielba menciona con ilusión que tiene entradas para ver a Marc Rebillet —“el amo de los loop”— en marzo: “hace las canciones en el momento, son efímeras, ha conseguido humanizar a la máquina”. Allí donde haya vértigo y piel estarán Corizonas.
GIRA CORIZONAS III