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Full: la banda del crecimiento silencioso

Capadocia, el largo y sostenido camino hacia la consolidación de Full

DAVID ESTANCOUSQUI

Jugar al minigolf puede ser una buena manera de quitarse los nervios. Al estrés y la responsabilidad de las semanas de promoción que acompañan el lanzamiento de un nuevo disco. Así nos encontramos a Javier Valencia, guitarrista y voz de la banda sevillana Full, cuando entramos en un despacho madrileño de la “multi” que acaba de editar su tercer disco, Capadocia (Warner Music, 2018).

Producido por Raúl de Lara, técnico de sonido durante la gira de su anterior álbum, Tercera Guerra Mundial (Warner Music, 2016), su elección fue la oportunidad de profundizar en una relación de trabajo testada ya en muchas horas de carretera. “Con Raúl nos hemos entendido fenomenal. Las canciones iban apareciendo solas y hemos encontrado el sentimiento sonoro que buscábamos”, asegura Javier. Un acierto: la producción de este tercer trabajo parece más consistente que la de sus dos discos anteriores.

A nivel compositivo también encontramos diferencias. “Hemos trabajado mucho la composición. Eso ayuda a que, durante la producción, determinados sonidos hagan que la canción sea más amplia y tenga más matices”, explica Valencia. Ese detallismo en la composición contrasta con unas letras cada vez más abstractas. Canciones en las que hay detenerse para interpretar. “Yo no soy consciente de eso”, dice Javier antes de matizar que “sí intento que la canción tenga una interpretación para cada persona, pero hay un hilo conductor que te da pistas sobre de qué se está hablando. Creo que si lo das todo demasiado hecho, el oyente no puede llevar a su terreno personal la canción”.

Aunque en Capadocia siga presente la influencia de la música anglosajona y mantenga la grandilocuencia de canciones que tienden hacia desarrollos épicos, temas como ‘Historia perdida’, con sus toques de ranchera, hablan de una mirada abierta hacia nuevas sonoridades: “’Historia perdida’ tiene un punto ranchera, tiene un punto de tango y tiene un punto incluso de carnavales de Cádiz”, explica Javier. “Es una canción que toma diferentes matices de la música folclórica. Me apasiona el tango y, evidentemente, al final esas influencias se muestran de alguna manera. Además, nos parecía interesante el compás de tres por cuatro, un compás que ya habíamos utilizado y al que esta vez añadimos ciertos matices que se aúnan con ese sonido rock, de potencia y distorsiones, y que terminan haciendo épica la canción”.

El título de Capadocia hace referencia a una parte de la región de Anatolia Central, en Turquía, en cuyo interior se esconden centenares ciudades subterráneas. Quizás una metáfora, otro matiz, que apuntaría hacia un disco conceptual: “me apasionaba su historia y sus ciudades subterráneas. Cuando me pongo a componer veo que las canciones tienen un punto de introspección. Como que he bajado a algún sitio, a alguna capa interna mía y me he encontrado allí con algo que no sabía que estaba. Todas las canciones comparten un poco ese punto de ser una capa interna. Como esas ciudades subterráneas que se recogen dentro del desierto de la Capadocia”, apunta.

“Los pelotazos a mí me dan mucho miedo”

Los sevillanos se toman la música como un camino largo en el que lo principal es ir aprendiendo. Así lo han demostrado desde 2013, fecha en la que publicaron su primer LP, Mi primer atraco. Y , poco a poco, se han ido consolidando como una de las bandas permanentes del panorama musical español. Los resultados se obtienen a través del aprendizaje y no de atajos efímeros: “los pelotazos a mí me dan mucho miedo; yo no los quiero. Yo quiero respetar esa subida paulatina. La trayectoria de Full siempre ha sido poco a poco y a favor. Muchas veces nos han dicho que somos la banda del crecimiento silencioso”, asegura el músico.

Ese crecimiento les ha llevado hasta este tercer disco que debería darles el empujón definitivo. Así que Javier Valencia se muestra especialmente exigente consigo mismo. Y esa exigencia parece tener sentido: todos los miembros de la banda mantienen sus trabajos. Javier es arquitecto técnico y, aunque ahora dedica la mayor parte del tiempo a la música, sigue ejerciendo su profesión. “Porque la cosa vaya avanzando no significa que le vayas a pegar la patada a tu trabajo”, dice. “La música tiene un cierto reporte económico, pero ¿en qué condiciones puedo vivir con esto? Tampoco hemos llegado a Warner viviendo del aire. Todos estos años hemos tenido que pagar un local de ensayo, giras, instrumentos, combustible, dietas, hoteles, contratar un técnico de sonido. Hace falta un dinero detrás de todo esto y eso viene del trabajo de cada uno”.

Gira Full 2019