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Perro, el regreso de un recuerdo

HABLAMOS CON ADRIÁN ALBACETE Y AARÓN DÍAZ SOBRE LA VUELTA DE PERRO DESPUÉS DE SEIS AÑOS Y EL LANZAMIENTO DE SU ULTIMO ÁLBUM, ¿TE ACUERDAS? 

 

Mª JOSE SERRANO BENÍTEZ

Recordar no siempre supone anclarse. También implica definirse y reencontrarse. Es el caso de Perro, quienes, tras seis años de silencio, regresan sin perder ni un ápice de su personalidad con su cuarto álbum, ¿Te acuerdas? (Sonido Muchacho, 2024), que combina su experiencia musical con la frescura intacta de su sonido. Adrián Albacete (voz, guitarra, bajo, sintetizador) y Aarón Díaz (percusión y sintetizador) no disimulan la alegría del regreso de Perro: “Hemos retomado esto con más energía y mucha ilusión”, aseguran. La vuelta del grupo murciano abre una nueva etapa en su trayectoria que preserva el dinamismo de sus inicios, pero con mayor madurez: un compendio de palabras ingeniosas y guitarras tenaces que coquetean con el shoegaze, el krautrock o el rock alternativo. “Sabemos mejor cómo hacer una canción y qué es lo que más funciona, no para la gente, sino para nosotros”, añade Adrián. Porque lo de Perro es pura vocación: “Somos gente con su trabajo y su vida. Volvemos para hacer lo que más disfrutamos:  tocar en directo y pasarlo bien. Eso es lo que esperamos del disco”, sentencia  Adrián.

El disco ha sido grabado, producido y mezclado por Marco A. Velasco en los estudios El Mirador de Alhama (Murcia), donde la banda ya confeccionó su primer álbum hace diez años: “Ha surgido de forma natural, Marco nos lo dijo y nos apetecía un montón volver a grabar con él. Fue él quien nos incitó a grabar y compusimos dos temas para el disco”. Como quedaron bien, pensamos en sacarlos en EP o algo así. Pero nos fuimos encendiendo para hacer otros temas, cogimos otra fecha y grabamos otros tres temas. Al final se han ido juntando y en cuatro sesiones hemos grabado el disco”, relata Adrián.

El universo surrealista de Perro se plasma en la disparatada y colorida portada del álbum, obra de Rafillo, cuyas esperpénticas ilustraciones casan a la perfección con el espíritu humorístico de la banda: “Somos muy fans de Rafillo, cuando estábamos grabando el disco no parábamos de decir frases de su serie, Querida conchi”, comenta entre risas Adrián . “Había que buscar algo distinto para esta portada, queríamos diferenciarla de las anteriores. Y el primer nombre que salió fue el suyo. No sabíamos qué iba a salir de ahí porque él hasta ese momento no había hecho ninguna portada, pero nos gustó mucho, es un estilo muy peculiar y encaja bien con nuestro rollo”, añade.

Si en su anterior trabajo, Trópico Lumpen (Miel de Moscas, 2018), la banda murciana indagó en sonoridades menos familiares y más cercanas a lo tropical, ahora retoman la receta musical de sus inicios: guitarras enérgicas junto con una contundente sección rítmica encabezada por dos baterías, sin olvidar las melodías pop cargadas de sarcasmo. “El tercer álbum fue muy experimental, con mucho teclado, más tropical en sonido, más rítmico. Este disco es un poco más zapatilla, más de directo”, afirma Aarón. Las canciones de ¿Te acuerdas? responden a la habitual impronta de Perro, con un dilatado espectro de referencias musicales: “Tenemos muchísimas más influencias que antes. Cuando salió Perro no teníamos apenas influencias conscientes porque éramos jóvenes. La gente nos decía “os parecéis a este grupo, a este otro” y empezamos a descubrir muchas bandas que ahora son de nuestras favoritas.

Esta amalgama de estilos resulta evidente en el álbum. En el single ‘Escucha, pariente’, planea la sombra del rock de los noventa, mientras una atmósfera más oscura, próxima al post-punk atraviesa temas como `Coches chungos, trompos guapos’. La potencia de la distorsión estalla desde el primer acorde de ‘Gracias, de nada’, frente al ritmo vertiginoso con influjos kraut de ‘Me vas a perder’. Todo sin perder el tono ácido de las letras, que siguen siendo tan ingeniosas y bizarras como siempre (ya lo advierte el último corte, ‘Dramones y mazmorras’). 

Sus integrantes se resisten a clasificar su música: “Cada uno escucha una cosa distinta. He tenido épocas de escuchar más a Protomartyr, o a Crack Cloud, noto la influencia de cosas que he estado escuchando al tocar, pero no copiamos conscientemente”, explica Adrián. Por su parte, Aarón señala: “yo sí que tengo más influencias del metal o incluso del hip hop, me gustan las canciones más contundentes, es interesante la mezcla de guitarras más cañeras”.

Si el parón de seis años fue consecuencia de un ritmo frenético, la vuelta de Perro viene marcada por una agenda más sosegada: “Ésa era nuestra premisa. Vamos a volver, pero no con una gira como las de antes, de dos o tres fechas por fin de semana y hacerte toda España. No queremos volver a quemarnos de tanta actividad. Vamos a hacerlo con tranquilidad, para disfrutar cada concierto al máximo. Hasta final de año vamos a hacer unos diez u once conciertos, y luego para el año que viene, temporada nueva”, dice Adrián.

La acogida del álbum está siendo más que positiva. Así lo reconoce Adrián: “El fin de semana que tocamos en Valencia la gente ya cantaba canciones nuevas, se sabía la letra. Hacía mucho tiempo que no teníamos esa sensación y eso quiere decir que has encontrado un punto en el que casas con el público. Ese feedback te ilusiona”.

¿Nos acordábamos de Perro? Rotundamente sí. El público no los había olvidado. Su retiro acaba para recordarnos que conservan el mismo espíritu divertido y ocurrente con el que comenzaron y que los distingue dentro del underground español. Un regreso con moraleja: recordar no es la melancolía al mirar hacia atrás, sino avanzar sin olvidar quién eres.